Esa noche fue una locura tremenda. nos pusimos nuestras mejores galas y bajamos al cabaret del hotel, todo estaba hermoso, la música invadía cada rincón del lugar, la gente estaba muy bien vestida y reían y bailaban, y todo el mundo estaba alegre, yo me sentía contenta, llena de vida y preguntándome porque no había disfrutado mas de todo esto.
A nuestro encuentro vino saul.
- que guapas están chicas, están fantásticas- dijo saul al mismo tiempo que nos hacia dar unas vueltas para observarnos mejor.
-parecen diosas-
- gracias saul- dije yo.
-eres muy amable- respondió katy.
-vamos a la barra tomamos una copa cortesía de la casa- dijo saul y nosotras le seguimos.
El ambiente de aquel hermoso lugar era sorprendente, impresionante, lujoso, espectacular y yo me sentía estupendamente entre aquella multitud, con aquella música, en aquel lugar, mi corazón daba saltos de alegría y me sentía emocionada como si mi alma supiera que nada malo podría pasarme esta noche.
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katy y saul tienen muy buena sontonia, se entretienen hablando y se quedan los dos extasiados mirándose el uno al otro se complementan,yo los observaba mientras charlábamos y me daba cuenta que yo no pintaba nada allí, pero cada vez que les decía que me marchaba ellos me decían que no y me ponían otra copa, así ya me sentía yo un poco mareada y demasiado alegre.
Después de esperar un tiempo prudencial, me escabullí sin decirle nada a la parejita, ellos estaban entretenidos y yo como si los niños durmieran salí sin hacer ruidos, me fui alejando de ellos como pude porque ya notaba las copas en mi cuerpo y sobre todo en mi cabeza.
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Como pude me fui desplazando por el aquel enorme salón, buscando la salida hacía los ascensores para subir a mi habitación, todo el mundo bailaba y se movía por el sitio y yo poco a poco intentando llegar a la salida para ir a tumbarme a mi camita y descansar, ya los preciosos zapatos que llevaba puestos me molestaban, solo quería descansar.
Al fin encontré los ascensores, me metí dentro y apreté el botón mientras me recostaba sobre la pared metálica y cerré mis ojos, trasladándome mentalmente a mi habitación, mientras hacía el camino.
La parada del aparato y la apertura de las puertas me hicieron salir de mi letargo y cual fue mi sorpresa cuando todo delante de mi estaba en una especie de penumbra, me adelante a la puerta y miré hacia afuera y cual no fue mi sorpresa no sabia en que planta estaba, delante de mi se abría un espacio relajante con una hermosa y enorme piscina iluminada que hacía ver sus aguas de un azul impresionante, pero me di cuenta que solo estaba iluminada el agua de la piscina, fuera todo estaba en penumbras, me atreví a salir y explorar aquella zona, caminé por el lugar y de verdad que era relajante a mas no poder mientras caminaba pude ver las hamacas colocadas de manera que te invitaban a sentarte en ellas, el agua cristalina de la piscina me decía que entrara, al fondo la vi, mágica, sensual y bella cascada. Mire a mi alrededor y vi que no había nadie, despacito como si estuviera escondida, me desnude, solo dejé mi braguita y mi sujetador y muy lentamente me metí en el agua y nade hasta llegar a la cascada, me puse debajo y dejé que el agua cayera con fuerza sobre mis hombros dándome una especie de masaje.
Nadé sumergiéndome hasta el fondo y cuando volvía a la superficie sentí como si todo aquello que me preocupaba se hubiera quedado detrás de la puerta por la que había entrado, que delicia de lugar, me aventuré y como si nada me quité mi sujetador y mi braguita,
-jaaaap- me salió de dentro aquel grito de alegría, alborozo o llamenlo como quiera y me hice un largo de piscina, me agarré al borde y de pronto escucho una risa.
-hola,¿ hay alguien? - dije tímidamente mientras miraba a mi alrededor a ver a quien descubría.
-hoolaaa- seguí diciendo, pero sin obtener respuestas.
Decidí salir del agua y volver a vestirme por si acaso, agarre mi vestido y me lo coloque delante mientras buscaba mi sujetador y mis braguitas que no sabía donde habían caído cuando me los quité con tanta euforia.
- Dios como me hace falta la luz- dije yo buscando afanada mi ropa interior y de pronto se me paraliza todo al volver a escuchar la risa, ya no busco mas y salgo casi corriendo cuando de pronto surge de la oscuridad un cuerpo de hombre que se planta delante de mi y me dice.
-no te asustes, es que me gusto verte cuando creías que estabas sola-
-pero..- dije yo cuando miro y veo esos infinitos ojos azules, que me atravesaban de parte a parte.
- no digas nada y quédate un rato mas-
- pero.... estabas aquí y yo- balbuce
mientras aquellos ojos me miraban sentía que la respiración me fallaba, por mi cuerpo subía y bajaba
un algo que no sabía explicar, calor y de pronto frío, no podía mantener aquella mirada, apretaba mi vestido contra mi pecho como si me fuera la vida en ello, todo se hizo oscuro a mi alrededor.
- ¿estas bien?- me preguntó.- no te preocupes me dijo cogiéndome la barbilla.
esa mano rozando mi cara, mis piernas temblaban.......continuara.
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